Se llama Klaus, tiene cuatro brazos (uno para accionar el contacto, otro para cambiar la marcha u los dos restantes para manejar el volante) y tres piernas (una para cada pedal) y está fabricado de aluminio. Este robot desarrollado por Volskwagen, es capaz de conducir, ayudado por otras innovaciones tecnológicas.
Mediante un sistema de sensores con cuatro escáneres, una cámara de vídeo y un radar, se controlan todas las incidencias en el camino. Estos datos llegan a un ordenador, que ha sido programado con una determinada ruta a través de un sistema de navegación vía satélite. El robot reacciona de acuerdo a las órdenes que recibe de este ordenador.
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